Té y Meditación

Té y Meditación

El sábado 13 de abril tendremos un pequeño taller sobre té y meditación. ¡Todos estáis invitados...a Burdeos! En el Dojo zen de Burdeos.
Sabemos que ya estaréis diciendo "¿por qué no lo hacéis aquí en Bari?", para compensar hemos escrito este texto que es un poco de lo que hablaremos y experimentaremos en Francia.

El Qi del té

Qi "literalmente significa respiración", se refiere a la energía, flujo, movimiento. El Qi es el movimiento de todas las cosas. También es la energía sutil presente en nuestro cuerpo. El té tiene su propio Qi, al igual que todas las cosas están dotadas de uno.
Cuando bebemos una taza de buen té estamos incorporando su Qi, que se fusiona con el de nuestro cuerpo. Pero no es fácil sentir la acción de este Qi en nuestro cuerpo sutil. Hay que ser receptivos, beber té de buena calidad y beber al menos 2-3 tazas, que son las recomendadas por la ciencia para obtener los beneficios de los que todos hablan. Un té en bolsita o de baja calidad difícilmente posee Qi.
Seguramente podemos ayudarnos a desarrollar esta sensibilidad con el entrenamiento. El té puede convertirse en nuestra meditación.

El valor del tiempo

Para hacer esto debemos dotarnos de una mercancía hoy en día rara, preciosa y costosa. El tiempo.

Debemos tomarnos al menos una horita para prepararnos, calmarnos, y luego preparar nuestro té, saborearlo, sentirlo, infundirlo de nuevo, dejando que su líquido nos impregne y que su Qi se funda con el nuestro yendo a disolver los bloqueos.
Hay pequeños consejos para hacer esto:

  1. Debemos tener objetos adecuados para la preparación del buen té
  2. Debemos utilizar agua de calidad
  3. Debemos utilizar buen té
  4. Cuando preparamos el té nuestro corazón debe estar tranquilo y en paz
  5. Cuando bebemos el té lo podemos hacer sentados, con los ojos cerrados, inhalando profundamente, enfocando nuestra atención en las tonalidades de olor y sabor que emana
  6. Luego nos enfocamos en el té ingerido, en el calor que nos transmite en el tracto intestinal y en el estómago
  7. Tratamos de calmar la mente y los pensamientos a través de todo esto

Las herramientas y el espacio son importantes porque con el tiempo nos ayudarán a sacralizar el proceso, el tiempo y el lugar donde preparamos y disfrutamos nuestro té. Poned entonces amor y atención en dónde preparáis el té y con qué.

Todo gira en torno a la simplicidad, así como los caracteres chinos para la palabra "Zen" significan manifestar la simplicidad.

Zen y té son 2 mundos estrechamente conectados. Tanto interna como externamente. Es decir, tanto en su esencia, como en su historia.

Un poco de historia

Históricamente, la llegada del té en Japón se remonta a los primeros monjes chinos que tenían la tarea de llevar la disciplina de Buda al país del Sol Naciente.
Estamos alrededor del siglo X. A medida que los contactos entre el budismo se afianzaban en Japón, cada vez más monjes se veían atraídos por esta disciplina y viajaban a China para estudiarla. Allí entraban en contacto con el té y quedaban cautivados, comenzando así a traer tanto las semillas como las hojas de vuelta a Japón, contribuyendo lentamente a la difusión de la bebida.

Uno de los monjes que más contribuyó a su difusión fue Eisai (pero para él haría falta un artículo aparte)

Se podrían gastar muchas palabras, con referencias históricas, bibliografías, etc. pero al igual que los maestros Zen responden con paradojas, koan y frases crípticas cuando se les pide hablar sobre el Zen, lo mismo ocurre con el té.
Lo mejor es sentarse y practicar, beber una taza con la atención y conciencia adecuadas. Beber té es también y sobre todo una experiencia, al igual que el Zen es un estado mental.

La simplicidad de una taza de té nos puede ayudar a entrar en un estado más Zen, a escapar de la racionalidad cotidiana para enfocarnos en una mayor presencia.

El Té como Antídoto

Una de las enfermedades más comunes hoy en día es la de llenar cada hueco de tiempo con algo, alguna actividad, esto es posible e incentivado por los teléfonos inteligentes, aplicaciones y juegos al alcance de todos, desde la infancia hasta la vejez. Se vuelve cada vez más difícil estar sin hacer nada, casi imposible, con todos los estímulos a los que estamos expuestos.
La práctica del té, su preparación y simplemente beberlo, puede ser un antídoto contra todo esto.
Si hacer nada, quedarse quieto y sentado con la mente en blanco es muy difícil, hacerlo con una taza de té que hemos preparado es un poco más fácil.
Nos puede ayudar a desconectarnos de nuestro teléfono, de las redes sociales, de las noticias y llevarnos a un mundo más "nuestro", un poco más íntimo y menos estéril. Alejarnos de las distracciones, de nuestros objetivos, del juicio, incluso del método que hemos utilizado para preparar este té. Nos sumergimos en nuestra taza de té y en su preparación, para descansar un poco y dejar pasar un poco de tiempo.

En nuestros cursos donde hablamos del té, su historia y cultura, de cómo preparar una taza de té, nunca dejamos de lado la parte de la acción y la presencia. Preparar el té no debe ser una actividad en la que debamos convertirnos en expertos teamaster. Por supuesto, es necesario conocer algunos principios para poder respetar mejor las hojas y extraer un excelente líquido para nosotros y nuestros invitados. Pero no debe convertirse en una obsesión. Como en todas las comunidades, también en la del té hay el peligro constante de la deriva extremista!

Pero todas estas palabras continúan alejándonos de la verdadera experiencia, del verdadero estado de Zen. Así que preparemos una taza de té y sumerjámonos en esta práctica de la presencia, tratando de vivir simplemente la experiencia, sin demasiados pensamientos, objetivos. ¡Una práctica que no sirve para nada! ¡Solo para hacer una buena y bonita práctica!

 

Terza Luna Escrito por Terza Luna
Amantes de las Plantas