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"El té es un elixir para conservar la salud en la vejez, un excelente medio para prolongar la vida."
EISAI MYOAN, VIRTUDES SALUDABLES DEL TÉ, 1211
En el País del Sol Naciente, el té tiene orígenes ancestrales que a veces se pierden en el mito. Las primeras hojas de la planta fueron introducidas alrededor del 700 d.C., por monjes japoneses que estudiaban en China, donde el té tuvo su origen. Allí aprendieron el hábito de beber té, que se convertía en polvo y, al regresar, plantaron sus semillas con fines medicinales. El fundador de la filosofía zen, Eisai Myoan, promovió su conocimiento y difusión en todo el país, dando origen al mito de los tés japoneses. Fue así ampliamente cultivado y utilizado por monjes, la corte imperial y las clases sociales más altas, incluida la de los samuráis.
Hoy en día, el té (お茶; ocha), a menudo sinónimo de té verde (la variedad más común de las diferentes tipologías de té), es emblema de la cultura y tradiciones japonesas, y constituye la bebida más consumida en Japón, un elemento esencial de cada comida. Las principales razones residen en las virtudes beneficiosas y terapéuticas que ejerce sobre la salud y el estado de ánimo; no se bebe meramente por placer, sino porque casi es una medicina: el té verde es, de hecho, rico en vitamina C3, útil para combatir estados gripales; catequinas, antioxidantes que protegen las células del envejecimiento; flavonoides, incluido el potente polifenol EGCG, que tiene conocidas propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
Terza Luna ofrece una selección de tés verdes japoneses del año actual entre los más buscados, a veces característicos, de los que estamos locamente enamorados y satisfechos. Descubramos algunos juntos.
El Sencha Yabukita Premium es el primero que presentamos, el más preciado de nuestros tés Sencha japoneses. Es producido por la Matsushita Tea Corporation en la idílica e aislada ciudad de Hioki. Algunos días antes de ser cosechado, se ombrea: esto lo hace menos amargo y picante que los Sencha comunes, además de ser más rico en aminoácidos. La reducida cocción al vapor, llamada asamushi, produce un licor brillante y un sabor delicado, pero rico: en la taza se abre un abanico de notas marinas y vegetales, con un final animado de naranja.
Proveniente de Kirishima, en la famosa región Kyūshū, es nuestro Fukamushi Bio, producido magistralmente por la familia Nishi, pionera en Japón y en el mundo en métodos de cultivo orgánico. El proceso prolongado de cocción al vapor, del cual toma su nombre, hace que las hojas sean frágiles hasta el punto de fragmentarlas y aunque pueda parecer un defecto al principio, es más bien una ventaja: será más fácil e inmediato beneficiarse de los nutrientes de la hoja.
El licor de este Fukamushi, denso y de color vivo, tiene el aroma de la brisa marina y un sabor mineral y a alga, con un final dulce de grosella espinosa.
Singular es el Tamaryokucha Mushisei, también de cultivo orgánico, proveniente de la prefectura de Nagasaki. Similar, en forma y sabor, al té chino, es esencialmente un Sencha cuyas hojas no tienen el aspecto comúnmente afilado. Unas dos semanas antes de la cosecha, las plantaciones se someten a sombrasabor más equilibrado y frescotextura mantecosa, libera el aroma de las espinacas y pistachos; el sabor, por otro lado, recuerda a nueces, aguacate con un final fresco, persistente y agradable a manzana verde.
El Gyokuro Seamidori, también proveniente de Kyūshū, es uno de los tés verdes japoneses más preciados que la tierra nipona puede ofrecer. La sombra, extendida a tres semanas, impide que el sol alcance las hojas jóvenes, lo que provoca un aumento en la producción de clorofila y aminoácidos, especialmente de L-Teanina, a la que se le atribuye la agradable sensación de bienestar asociada al consumo de té. El carácter audaz de este té, para ser disfrutado lejos del bullicio cotidiano, se traduce en un viaje sensorial memorable. El cuerpo completo, en su color tenue de jade, revela aromas frescos y azucarados, que envuelven el paladar en una ola de sabrosura-umami, que recuerda a las verduras a la parrilla, especialmente al calabacín, para luego cambiar hacia un sabor dulce de compota de manzana y pastel de limón.
Por último, queremos hablarles del Sun Rouge BIO, té proveniente de la isla de Tokunoshima. Su historia es bastante reciente: llegó al mercado en 2009, resultado de años de estudio para producir un té más rico en antioxidantes y antocianinas. Muchas investigaciones resaltan sus propiedades terapéuticas y antiinflamatorias, efectivas también para combatir problemas de visión y a nivel intestinal. En el momento de la cosecha, los brotes muestran un espléndido color rojo, debido a un pigmento natural producido como respuesta a los rayos UV, que se encuentra de nuevo en la taza. Las infusiones que se pueden obtener son mágicas e impactantes: el licor, de una tonalidad violácea, inusual para un té verde, tiende a un rosa fluorescente cuando se agregan unas gotas de limón. El sabor recuerda al salmón con costra de almendras; por lo tanto, se presenta, en el inicio, muy marino, pero rápidamente se convierte en notas herbáceas y florales, a veces astringentes, de hibisco y flores recién cortadas.
“En los campos de nieve verdísima el verde de las hierbas nuevas.”
KONISHI RAIZAN
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